LAS
GRANDÍSIMAS PROMESAS DE DIOS SON CELESTIALES, NO TERRENALES
Por Christopher Leal
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INDICE
Introducción
Las
promesas que Dios nos da, son para que tengamos la naturaleza divina
No debemos mirar las cosas que se ven
No debemos mirar las cosas que se ven
Los
tesoros celestiales
Los
afanes de esta vida
Estas
son las verdaderas promesas
Bibliografía
Introducción
Seguramente muchos, hemos visto en algún video de
youtube, o en canales evangélicos como enlace TVN, o también directamente en
alguna congregación evangélica, predicas del famoso mensaje de “promesas terrenales”.
Este mensaje consiste en enseñar que “Dios cumple lo que promete”, en que “debemos confiar en las promesas de Dios”, en “que no debemos dudar ante Dios”, etc.
Pero lo satánico y falsario de su mensaje es que todas
las promesas que predican estos pastores, es involucrada a promesas terrenales,
como por ejemplo: una empresa, un automóvil, una casa, dinero, reconocimiento,
estudios, éxito, etc.
Obviamente que en muchos casos, este mensaje es utilizado
para que los fieles hagan sus ofrendas de pacto y así, los pastores obtengan
dinero a través de este mensaje, es decir, utilicen la piedad como fuente de
ganancia (1Ti.6:5).
A continuación veremos que este mensaje proviene nada más
y nada menos que del mismísimo diablo.
LAS PROMESAS QUE DIOS NOS DA, SON PARA QUE TENGAMOS LA NATURALEZA DIVINA
¿Dios nos ha dado Grandísimas promesas? ¡Claro que sí! Pero ¿En qué
consisten? Leamos el siguiente pasaje bíblico:
(2Pedro 1:3-4)
“Como todas las cosas que
pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder,
mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
Por medio de las cuales nos ha
dado preciosas y grandísimas promesas,
para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción
que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”.
¡Fíjense en lo claro que es este pasaje! Dios nos ha dado grandísimas promesas,
pero esas promesas son para que por ellas
lleguemos a ser “participantes de la
naturaleza divina", es decir, que todas esas grandísimas promesas
tienen directa relación con lo por venir, es decir, la segunda venida del
mesías (Hebreos 9:28), ya que en aquel día seremos transformados y obtendremos
la naturaleza divina (1Co.15), y si las consecuencias de ellas (las promesas) son
la transformación de nuestro cuerpo, significa entonces que las grandísimas
promesas que Dios nos tiene, no tienen nada que ver con lo terrenal. Esas cosas
no tienen nada que ver con promesas terrenales, de que dios me va a dar un
auto, de que dios me va a dar una casa, de que dios me va a dar una gran
empresa, de que aquí y allá. Sobre las cosas terrenales, El apóstol Pablo dijo
bien claro a Timoteo: "Porque nada
hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos
contentos con esto Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y
lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en
destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el
cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores". (1Ti.6:8-9). Por lo tanto, esas predicas de promesas
terrenales, no tienen nada que ver con lo que enseñaron Jesús y sus apóstoles.
No existe ningún pasaje neotestamentario donde se diga que Jesús y sus
apóstoles anduvieran enseñando promesas terrenales a las personas, eso jamás,
ya que todo lo que hay en este mundo, es decir, lo terrenal, es pasajero.
NO DEBEMOS MIRAR LAS COSAS QUE SE VEN
A
continuación, vamos a leer un pasaje que pulveriza y destroza esa doctrina
diabólica de promesas terrenales:
(2Corintios 4:18) "No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se
ven son temporales, pero las
que no se ven son eternas".
La palabra original en el griego traducida
por “mirar” es “Shopeo", que
puede ser traducida, según el diccionario Strong, por fijarse o considerar. Pues bien, el apóstol Pablo dijo claramente que NO DEBEMOS MIRAR, CONSIDERAR O FIJARSE EN LAS COSAS QUE SE VEN, SI NO,
EN LAS QUE NO SE VEN, es decir, QUE
NO PRESTEMOS NUESTRA ATENCIÓN en las cosas terrenales del mundo
pasajero (1Jn 2:15-17). Por algo dice que son "temporales". ESAS COSAS TEMPORALES, NO DEBERÍAMOS VER, si no las que no
se ven, por que las que no se ven, son eternas. ¿Y que es todo lo eterno? Pues todas las promesas celestiales,
comenzando desde la transformación de nuestros cuerpos, el arrebatamiento, y la
morada con Dios en los lugares celestiales.
Ahora leamos (1Juan 2:15):
“No améis al mundo, ni las cosas que
están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en
él. Porque todo lo que hay en el mundo, los
deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene
del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que
hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.
No debemos amar a este mundo ni a las cosas que en él
están, ni tampoco hacer amistad con el mundo (Stgo.4:4), ¿y por qué motivo? Pues porque el mundo pasa, es decir, es
temporal, es pasajero, y en él se encuentran:
Los deseos
de la carne: Es decir, lo que está en contra del
espíritu (Gál.5:16).
Los
deseos de los ojos: A esto, yo le podría llamar, según mi
interpretación, algo superficial, como la obsesión por la belleza, las
riquezas, el deseo de admiración, títulos, fama, reconocimiento y todo lo
terrenal.
La
vanagloria de la vida: Según la RAE: Jactancia del propio valer u
obrar. Otro significado: “Muestra excesiva
de orgullo que hace una persona de lo que considera que son sus virtudes o
bienes propios”.
Todas estas cosas, dice bien claro el pasaje, NO PROVIENEN DE DIOS si no del
mundo, el cual es pasajero, es decir, es temporal. Por lo que se está
refiriendo, como dijo el apóstol Pablo (2Co.4:18) a lo QUE SE VE, y a esto que se ve, NO DEBEMOS FIJAR NUESTRA ATENCIÓN. Por lo tanto, esas predicas que
dicen que Dios nos tiene promesas terrenales, es una mentira totalmente
satánica. Usted jamás va a encontrar algún pasaje bíblico donde Jesús, o alguno
de sus apóstoles predicaran ese tipo de mensajes. Cuando Jesús o el apóstol
Pablo hablan de cosas terrenales, las ponen siempre en un segundo plano. Como
dijo Jesús en añadidura, jamás, como lo hacen estos pastores y evangelistas, poniéndola
en un mensaje principal.
LOS
TESOROS CELESTIALES
Jesús claramente enseñó que No debíamos enfocarnos en las
cosas terrenales, si no en las celestiales. Leámoslo:
(Mat.6:19-21) “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el
orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni
hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Jesús ordeno claramente; NO HAGÁIS TESOROS TERRENALES, y ¿Por qué dijo eso? Pues porque donde
está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón, es decir, nuestra mente,
nuestras prioridades y nuestras preocupaciones. Por lo que en contraste,
debemos hacer tesoros en el cielo, y ¿en
qué consisten esos tesoros? Pues en sabiduría y en conocimiento de Dios y
de Cristo. Leámoslo: (Col 2:3) “Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor,
hasta alcanzar todas las riquezas de
pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de
Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento”.
En esto debemos enfocar nuestras mentes y
nuestros corazones los verdaderos cristianos, en el conocimiento del Dios padre
y de su hijo. Esos son los tesoros que debemos hacer en el cielo, lo cual
obviamente, como enseño Jesús, está totalmente en contra de lo terrenal.
LOS
AFANES DE ESTA VIDA
Jesús también hablo de los afanes de esta vida
(Mat
6:25) Por tanto os digo: No
os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por
vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido?
(Mat
6:26) Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen
en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho
más que ellas?
(Mat
6:27) ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su
estatura un codo?
(Mat
6:28) Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios
del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
(Mat
6:29) pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se
vistió así como uno de ellos.
(Mat
6:30) Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el
horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
(Mat
6:31) No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué
vestiremos?
(Mat
6:32) Porque los gentiles
buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas.
(Mat
6:33) Mas buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
(Mat
6:34) Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de
mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
Algunos
sinónimos de “afanes” podrían ser
los siguientes: deseos, anhelos,
ansias. Pues bien, Jesucristo hablo de los afanes como: “preocuparse de forma ansiosa por nuestras
necesidades”, como la vestimenta, el dinero y todo tipo de cosas
terrenales. El dijo que los gentiles, es decir, los del mundo, buscaban todas
esas cosas, entendiendo así, que nosotros los verdaderos cristianos no
deberíamos enfocarnos en ellas, y es porque el padre celestial conoce
perfectamente nuestras necesidades. Luego dice: “Buscad como prioridad el reino de Dios y su justicia, es decir, las
cosas celestiales”, ya que todo lo demás vendrá por añadidura, es decir, es
segundario. Jamás deberíamos, los verdaderos cristianos preocuparnos de
supuestas promesas terrenales, si no de las celestiales, ya que de esas son las
que habla la biblia claramente, como veremos a continuación.
ESTAS SON LAS VERDADERAS PROMESAS
Cuando el señor
Jesús aparezca por segunda vez para salvar a los que le esperan (Heb.9:28), después de
la tribulación de aquellos días (Mt.24:29-30), y seamos resucitados (1tes
4:15-17):
NUESTROS CUERPOS SERÁN
TRANSFORMADOS DE INMORTAL A INMORTALES
"...en un momento, en un
abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y
los muertos serán resucitados incorruptibles,
y nosotros seremos transformados. Porque
es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad". (2Co. 15:51-52).
TENDREMOS LA NATURALEZA
DIVINA
"Por medio de las cuales
nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a
ser participantes de la
naturaleza divina...". (2P.1:4).
¿Qué significa tener la naturaleza divina?, pues que seremos como los ángeles del cielo (Mrc.12:25),
tendremos gran poder y capacidades sobrenaturales que el hombre no tiene, pues
no es un ser espiritual como los ángeles (Heb.1:7).
SEREMOS VESTIDOS DE VESTIDURAS BLANCAS
"El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no
borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de
mi Padre, y delante de sus ángeles". (Ap.3:5). Las vestiduras
blancas representan las obras de justicias, santidad, perfección, pureza,
dignidad. (Ap.3:4; 7:14; 19:8, tec.).
SEREMOS REYES Y SACERDOTES TENIENDO GRAN AUTORIDAD
"...serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil
años". (Ap.20:6). "...y nos hizo
reyes y sacerdotes para Dios, su Padre..." (Ap.1:6). "Al que venciere y
guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad
sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán
quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi
Padre; y le daré la
estrella de la mañana". (Ap.2:26-28). Como pueden
ver tendremos gran poder y autoridad, gobernando con justicia a las
naciones y nos resplandecerá la estrella
de la mañana la cual representa también Jesús (Ap.22:16).
TENDREMOS DERECHO
AL ÁRBOL DE LA VIDA
"El que tiene oído, oiga
lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol
de la vida, el cual está en medio
del paraíso de Dios". (Ap. 2:7). "Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y
para entrar por las puertas en la ciudad". (Ap. 22:14).
TENDREMOS LA CORONA DE LA VIDA
"...Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la
vida". (Apo. 2:10)
"...me está guardada la corona
de justicia". (2Tim. 4:8). "...cuando haya
resistido la prueba, recibirá la corona
de vida, que Dios ha prometido a los que le aman". (2Tim 4:8). "...vosotros recibiréis
la corona incorruptible de
gloria". (1P. 5:4). "Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible". (1Co. 9:25). La corona simboliza
nuestro premio, la cual representa: Justicia, vida, incorrupción, gloria,
promesa. Esta debemos cuidar (Ap. 3:11).
RECIBIREMOS EL MANÁ ESCONDIDO
"...Al que venciere, daré a comer del maná escondido..." (Ap.2:17). Ese maná
escondido es el mismo maná que Jehová dio a Moisés y a los
hijos de Israel en el desierto y "...era como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de
hojuelas con miel..." (Ex.16:31-32), el cual
también relato Jesús en Juan 6:31-58. El maná o pan de vida también es Jesús
(Jn.6:35). Nunca más tendremos hambre, ni sed, ni moriremos Nunca. Tendremos el
pan de vida y el agua de vida gratuita (Ap.21:6; 22:17).
RECIBIREMOS UN "NOMBRE NUEVO" ESCRITO EN UNA PIEDRECITA
"...y le daré una piedrecita
blanca, y en la piedrecita escrito un nombre
nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe". (Ap. 2:17). El blanco
representa las pureza y la limpieza de los pecados (Ap. 7:14). La piedrecita
representa a los hijos de israel (Ex.28:15-21), y es un sello para cada uno con
el nombre que representa el carácter de la persona. Un nombre nuevo,
el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
VIVIREMOS EN EL TEMPLO DE DIOS
"Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y
nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el
nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la
cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo". (Ap. 3:12). El templo de
Dios es su morada, en donde nos hará columna en aquel templo que simboliza la
permanencia la cual será eterna, y tendremos el nombre de Dios y el nombre de
la nueva Jerusalén, que significa que seremos representantes de Dios
y su ciudadanía.
NOS SENTAREMOS EN EL TRONO CON JESÚS
"Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he
vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono". El trono es la victoria, ya
que Jesús venció la muerte en la cruz y se sentó a la
diestra del padre, nosotros en nuestra victoria, nos sentaremos con Jesús en su
trono y todos seremos uno (Jn.17:21). Se sentarán en tronos los
que reciban facultad para juzgar (Ap.21:6).
¡LOS VENCEDORES HEREDARÁN TODO!
"El que venciere HEREDARÁ
TODAS LAS COSAS, y yo seré su Dios, y él será mi hijo". (Ap.21:7). Nosotros LOS SANTOS, claro que
somos herederos (Heb.1:14). Jesucristo también. "...el Hijo, a quien
constituyo heredero de todo y por quien así mismo hizo
el universo". (Heb.1:2). El padre constituyo a su hijo heredero de todo lo
que creo por medio de él (1Corintios 8:6) "...y un señor
Jesucristo, por medio del cual son TODAS
LAS COSAS". TODAS LAS
COSAS son herencia de Jesús, y nosotros, somos Coherederos con él. "Y si hijos, también
herederos; herederos de Dios y coherederos
con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente
con él seamos glorificados". (Ro.8:17). Así que TODAS
LAS COSAS que creo Dios
serán nuestras, si es que lo dejamos
todo. El universo entero es una promesa para los vencedores.
Un cielo nuevo y una tierra
nueva.
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan
vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de
Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido". (Ap.21:1-2).
Gracia y paz
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Bibliografía
Versión bíblica: Reina Valera
S-word
Diccionario RAE
Charlas bíblicas del apocalipsis dadas por Tito
Martínez: www.las 21tesisdetito.com
MUY EDIFICANTE SU ESTUDIO LO FELICITO HERMANO POR SU MARAVILLOSO ESTUDIO TODO PARA GLORIA DE DIOS
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